La esofagitis es un proceso inflamatorio de la mucosa que recubre el esófago. Los síntomas más frecuentes pueden ser dolor y dificultad para tragar. Su causa más común es el reflujo gastroesofágico, es decir, una situación en la que una cantidad variable de jugo gástrico refluye hacia el esófago.
La esofagitis por reflujo suele provocar sensación de quemazón. Esto se debe a que el jugo gástrico es muy ácido y el revestimiento del esófago, a diferencia del del estómago, no está preparado para tolerar esta acidez. A largo plazo, la esofagitis causada por el reflujo gastroesofágico puede provocar displasia de las células esofágicas.
Otra causa frecuente de esofagitis es la radioterapia, cuando este tratamiento se aplica en determinadas zonas del tórax. En estos casos, se denomina esofagitis actínica.
La esofagitis actínica puede aliviarse con una nutrición adecuada y medicamentos de apoyo. Además, puede instaurarse un tratamiento preventivo de las infecciones fúngicas. En algunos casos, puede ser necesario interrumpir temporalmente el tratamiento. En general, la esofagitis desaparece unas semanas después de finalizar la radioterapia.