Antes de hablar sobre el tratamiento del cáncer de pulmón, es importante conocer sus principales tipos y subtipos. Del 80% al 85% de los cánceres de pulmón son del tipo no microcítico (CPNM), mientras que del 10% al 15% pertenecen al grupo de cáncer de pulmón microcítico (CPM).
El CPNM normalmente es un adenocarcinoma, carcinoma espinocelular o carcinoma de células grandes (indiferenciado). Otros subtipos, como el carcinoma adenoescamoso y el sarcomatoide, aunque más raros, también pueden ocurrir.
Por otro lado, el CPM tiene mayor probabilidad de crecer y diseminarse más rápidamente, con alrededor del 70% de los pacientes presentando metástasis en el momento del diagnóstico. En este contexto, la cirugía rara vez se utiliza como la principal opción terapéutica; el CPM tiende a responder mejor a la quimioterapia y la radioterapia.
El objetivo principal de la cirugía en el cáncer de pulmón es eliminar el tumor y erradicar la enfermedad, pero también puede utilizarse para aliviar los síntomas en casos más avanzados y considerados incurables.
Tipos de cirugía para el cáncer
Si el médico indica la cirugía, el paciente deberá comenzar un proceso de evaluación llamado preoperatorio, que incluye una serie de actividades, entre pruebas y exámenes, para comprender la condición clínica del paciente y prepararlo para el procedimiento quirúrgico. Otros exámenes verificarán la función cardíaca y de otros órganos para confirmar que la persona tiene las condiciones físicas adecuadas para la cirugía.
Algunos tipos de cirugías para el tumor carcinoide de pulmón pueden ser utilizadas para tratar (y, en algunos casos, curar) el cáncer de pulmón, ya sea CPNM o CPM. En cualquiera de ellas, los ganglios linfáticos adyacentes se eliminan para analizar posibles metástasis. Los procedimientos quirúrgicos se realizan bajo anestesia general y requieren una gran incisión quirúrgica entre las costillas en el costado del tórax o la espalda, llamada toracotomía.
La técnica seleccionada dependerá del tamaño y la localización del tumor, así como de la función pulmonar. Las principales son:
- Neumonectomía: procedimiento en el que se elimina todo el pulmón. Generalmente se adopta cuando el tumor está cerca del centro del tórax.
- Lobectomía: los pulmones tienen cinco lóbulos, tres en el lado derecho y dos en el izquierdo. En esta cirugía, se elimina completamente el lóbulo que contiene el tumor, siempre que sea posible.
- Segmentectomía o resección en cuña: se elimina solo una parte del lóbulo. Generalmente se realiza cuando el paciente no tiene suficiente función pulmonar normal para soportar la eliminación del lóbulo completo.
- Resección sleeve: puede utilizarse para tratar algunos cánceres en las vías respiratorias más grandes de los pulmones. Para entender esta técnica, imagine que la vía aérea afectada por el tumor es la manga (sleeve, en inglés) de una camisa, con una mancha algunos centímetros por encima del puño. La resección sleeve sería como cortar la manga (vía aérea) por encima y por debajo de la mancha (tumor) y luego coser el puño de nuevo a la manga restante. Puede realizarse en lugar de la neumonectomía, como una forma de preservar más la función pulmonar.
Todos estos procedimientos pueden realizarse mediante las siguientes técnicas:
- Cirugía convencional: procedimiento quirúrgico realizado mediante la técnica abierta.
- Cirugía por videolaparoscopia: procedimiento realizado mediante una técnica mínimamente invasiva.
- Cirugía robótica: procedimiento realizado mediante una técnica mínimamente invasiva con la participación de un robot cirujano.
Con el desarrollo de la cirugía robótica, la aplicabilidad de la tecnología para el tratamiento del cáncer de pulmón, tanto de células pequeñas como no pequeñas, independientemente de la técnica elegida (neumonectomía, lobectomía o segmentectomía), ha aumentado considerablemente.
Posibles efectos adversos de la cirugía
La cirugía para el cáncer de pulmón es un procedimiento complejo y seguro, pero puede tener algunos efectos adversos y complicaciones. El paciente puede presentar reacciones a la anestesia, sangrado excesivo, dificultad para respirar, coágulos en las piernas o pulmones, dolor, infección en la herida quirúrgica y neumonía.
La recuperación de una cirugía en el pulmón generalmente lleva varias semanas. Si se realiza mediante toracotomía (convencional), el cirujano deberá separar las costillas para acceder al pulmón. Por lo tanto, puede haber dolor en el área de la incisión durante algún tiempo.
Para obtener más información sobre otros tipos de tratamientos, consulte nuestra sección de tratamientos en cirugía oncológica.