Qué es la neoplasia de bazo?
La neoplasia o cáncer de bazo no corresponde a una sola enfermedad. Existen varios tipos de neoplasias que pueden afectar al bazo. Estas neoplasias pueden ser primarias, es decir, cuando el cáncer comienza en el bazo y se infiltra en el órgano, o secundarias, cuando el órgano se ve afectado por la metástasis de un cáncer que comenzó en otro lugar.
Las principales funciones del bazo son filtrar las células sanguíneas dañadas y con sus funciones comprometidas y contribuir a la inmunidad del organismo como órgano reservorio de glóbulos blancos, como los linfocitos, que actúan en defensa contra las infecciones. El bazo no produce células sanguíneas en los adultos sanos, pero puede ayudar a producirlas cuando existen determinadas enfermedades de la médula ósea, como la mielofibrosis.
Subtipos de cáncer de bazo
Las neoplasias pueden tener su origen en enfermedades hematológicas (que se originan en la médula ósea o los ganglios linfáticos) o en neoplasias no hematológicas (tumores que se originan en otros órganos sólidos).
Neoplasias hematológicas y no hematológicas que afectan al bazo:
Las principales causas de neoplasias que afectan al bazo son las neoplasias hematológicas, como los linfomas, las leucemias y los síndromes mieloproliferativos.
- Linfomas:
Los principales tipos de linfoma que afectan al bazo son el linfoma esplénico de la zona marginal, el linfoma hepatoesplénico de células T y otros linfomas no Hodgkin que provocan un aumento de los ganglios linfáticos y también infiltran el bazo.
- Leucemias
Las leucemias también causan infiltración del bazo, como las leucemias agudas, leucemias crónicas, tricoleucemias, y
- Síndromes mieloproliferativos
Se trata de enfermedades primarias de la médula ósea que provocan un agrandamiento del bazo, como la policitemia vera y la mielofibrosis.
Las neoplasias no hematológicas que afectan al bazo pueden ser primarias, cuando se originan en el propio órgano, o metastásicas, cuando se originan en otros órganos sólidos y también se infiltran en el bazo.
- Angiosarcoma — es una neoplasia poco frecuente, agresiva y muy metastásica. La resección puede ser posible en lesiones aisladas. La enfermedad metastásica se trata con quimioterapia.
- Neoplasias metastásicas — La aparición de metástasis en el bazo es relativamente infrecuente. Los tumores malignos que se diseminan con más frecuencia al bazo son:
- Melanoma;
- Cáncer de mama;
- Cáncer de pulmón;
- Cáncer de ovario;
- Cáncer de colon;
- Cáncer de estómago;
- Cáncer de páncreas
Lesiones benignas primarias del bazo
- Hemangioma — es la neoplasia benigna más frecuente en el bazo. Se trata de vasos sanguíneos que se han acumulado de forma anormal en el órgano y pueden presentar calcificaciones periféricas;
- Linfangioma — es una neoplasia benigna poco frecuente, de crecimiento lento, frecuente en la infancia. En el bazo, se presenta como un grupo de quistes de diversos tamaños;
- Hamartoma — se trata de una lesión benigna poco frecuente compuesta por malformaciones de la pulpa roja del bazo;
- Angioma de células litorales — se trata de un tumor vascular poco frecuente que surge en la célula litoral, que recubre los senos de la pulpa roja del bazo, y cubre el órgano de for [sic]
Los síntomas del cáncer de bazo pueden causar el agrandamiento del órgano, lo que provoca:
- Sensación de estar demasiado lleno después de comer
- Dolor en la parte superior izquierda del estómago
- Infecciones frecuentes
- Sangrados sin sentido
- Anemia
- Manchas violáceas en el cuerpo
- Fatiga
- Dolores óseos y articulares
- Ganglios linfáticos
- Fiebre
- Sudoración con temblores
- Pérdida de peso sin motivo aparente
- Hinchazón del vientre
Diagnóstico de neoplasia de bazo
El médico especialista solicita una serie de pruebas cuando sospecha la presencia de una neoplasia en el bazo debido a una serie de síntomas.
Inicialmente, se solicita un hemograma completo para comprobar el recuento de células sanguíneas. En algunos casos, es necesario realizar una biopsia de médula ósea, tomando una pequeña muestra del hueso pélvico para analizarla en busca de células cancerosas. Cuando los ganglios linfáticos son sintomáticos, también puede realizarse una biopsia.
Las pruebas de imagen, como la resonancia magnética, la tomografía computarizada y la TEP, ayudan a confirmar el diagnóstico.
Tratamiento de la neoplasia de bazo
Para algunas neoplasias, la esplenectomía — extirpación parcial o total del bazo (no puede extirparse parcialmente) — es una opción de tratamiento. Puede realizarse por laparoscopia (cirugía mínimamente invasiva) o cirugía abierta.
Además, pueden estar indicadas la quimioterapia, la radioterapia y la inmunoterapia o terapia dirigida, de acuerdo con el tipo de tumor del paciente. En algunos casos, puede considerarse el trasplante de células madre.
Además, en determinadas situaciones, se utilizan anticuerpos monoclonales rituximab para controlar la enfermedad sin intervenciones quirúrgicas.
Las personas asintomáticas a veces no necesitan tratamiento, pero deben someterse a un seguimiento médico frecuente con análisis de sangre y una evaluación de su estado clínico general.