¿Qué es el linfoma no Hodgkin?
El linfoma no Hodgkin es un tipo de cáncer que se origina en las células del sistema linfático, un conjunto de órganos (ganglios o nódulos linfáticos) y tejidos que producen las células responsables de la inmunidad y la defensa. La distinción entre linfoma no Hodgkin y linfoma de Hodgkin se realiza mediante una biopsia.
Estas células se multiplican sin control y se propagan de forma desordenada. Dado que el tejido linfático se encuentra en todo el cuerpo, el linfoma no Hodgkin puede originarse en cualquier parte, pero los lugares de incidencia más frecuentes son los ganglios linfáticos, la médula ósea, el tracto gastrointestinal, la piel, los huesos y el sistema nervioso central.
Factores asociados al linfoma no Hodgkin
Esta enfermedad puede manifestarse en todos los grupos de edad y es más frecuente a medida que la gente envejece. En los últimos 25 años, el número de casos se ha duplicado, especialmente entre las personas mayores de 60 años.
Están más propensas al linfoma no Hodgkin las personas con deficiencia inmunitaria (ya sea por enfermedad genética hereditaria, uso de fármacos inmunosupresores o infección por VIH), los portadores de los virus de Epstein-Barr y HTLV1 y de la bacteria Helicobacter pylori (que puede causar linfomas gástricos) y los individuos expuestos a sustancias químicas, como pesticidas, aminas aromáticas y radiación.
Para 2020, el INCA (Instituto Nacional del Cáncer) ha estimado 12.030 nuevos casos de linfoma no Hodgkin en el Brasil, de los cuales 6.580 corresponden a hombres y 5.450 a mujeres. Mundialmente, el número de nuevos casos de este tipo de linfoma presentado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) para 2020 era de 544.352.
Subtipos del linfoma no Hodgkin
Existen docenas de tipos de linfoma no Hodgkin. Se dividen en dos grandes grupos: agresivos e indolentes. Estos, a su vez, tienen los siguientes subtipos principales:
Linfomas no Hodgkin agresivos:
- Linfoma difuso de células B grandes — es el tipo más frecuente y representa alrededor del 30% de los casos. Se da en personas mayores, con un crecimiento rápido de los ganglios linfáticos del cuello, las axilas o la ingle, o en órganos, como el hígado, el bazo, la médula ósea y el cerebro;
- Linfoma del sistema nervioso central — es poco frecuente y puede ser primario o secundario. El linfoma primario se inicia en el cerebro, los ojos o las meninges, mientras que el linfoma secundario comienza en otras partes del cuerpo y se extiende hasta alcanzar el cerebro o las meninges;
- Linfoma ligado al virus HTLV — está causado por la infección con el virus HTLV, de la misma familia que el VIH. Puede causar lesiones cutáneas y problemas óseos;
- Linfoma de Burkitt — afecta a los más jóvenes y crece muy rápidamente;
- Linfoma de células del manto — afecta a los ganglios linfáticos, la médula ósea y el bazo. Es más frecuente en hombres, sobre todo en torno a los 60 años;
- Linfoma mediastínico de células grandes — causa grandes masas torácicas. Es poco frecuente, afecta más a mujeres de 30 años y, como empieza en la zona del tórax, puede causar dificultad respiratoria;
- Linfoma de células T — es mucho menos frecuente que los linfomas difusos de células B grandes. Suele afectar a personas mayores de 60 años. Entre sus tipos más comunes se encuentran: linfoma anaplásico de células grandes, linfoma angioinmunoblástico, linfoma extranodal de células asesinas naturales/células T nasal.
Linfomas no Hodgkin indolentes:
- Linfoma folicular — se origina en el centro germinal del folículo linfático y es el segundo subtipo más frecuente de linfoma no Hodgkin después de los 60 años;
- Linfoma cutáneo de células T (micosis fungoide) — es un tipo de linfoma que aparece en la piel y cuyo síntoma principal es el picor;
- Linfoma linfoplasmocítico (macroglobulinemia de Waldenstrom) — muy raro, está formado por células pequeñas, afecta a los ganglios linfáticos y a la médula ósea y produce inmunoglobulina tipo M (IgM);
- Linfoma de la zona marginal — puede afectar a varios órganos además de los ganglios linfáticos, como el bazo, el estómago y los apéndices oculares.
Síntomas y signos del linfoma no Hodgkin
Sea cual sea el tipo o subtipo de linfoma no Hodgkin, los principales síntomas de la enfermedad son:
- Agrandamiento de los ganglios linfáticos del cuello, axilas, ingle;
- Sudor nocturno excesivo;
- Fiebre;
- Picor en la piel;
- Pérdida de más del 10% del peso corporal sin causa aparente.
Diagnóstico y estadificación del linfoma no Hodgkin
Una vez observados los síntomas del linfoma no Hodgkin, se procede a confirmar su diagnóstico y subtipo. Se toma una biopsia de la zona afectada y se extrae una pequeña porción de tejido (normalmente de los ganglios linfáticos o de cualquier otra zona afectada) para analizarla en un laboratorio de anatomía patológica.
La prueba complementaria de inmunohistoquímica es fundamental para la correcta clasificación del subtipo de linfoma. El diagnóstico y la clasificación precisos son fundamentales para definir el mejor tratamiento y obtener los mejores resultados.
Posteriormente, se estadifica la enfermedad para determinar qué órganos están afectados. Para ello, se utilizan pruebas de imagen, como la tomografía computarizada, TEP y, en algunos casos, análisis de médula ósea y líquido cefalorraquídeo mediante punciones.
La estadificación del linfoma no Hodgkin usa números romanos (I, II, III y IV), acompañados de A o B — siendo A la ausencia de síntomas sistémicos (fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso sin motivo aparente) y B la presencia de síntomas sistémicos.
En términos de numeración, la clasificación es:
- I — sólo está afectada una cadena de ganglios linfáticos o un órgano;
- II — dos regiones del cuerpo del mismo lado del diafragma están afectadas por el linfoma;
- III — tanto la región por encima como por debajo del diafragma están afectadas;
- IV — el linfoma se infiltra en la médula ósea o en órganos como los pulmones y el hígado.
Tratamiento del linfoma no Hodgkin
La estrategia de tratamiento dependerá del tipo de cáncer no Hodgkin. La mayoría se tratan con quimioterapia en combinación con inmunoterapia con anticuerpos monoclonales y a veces radioterapia.
La quimioterapia suele utilizar una combinación de varios fármacos, administrados por vía oral o intravenosa.
La inmunoterapia utiliza medicamentos contra dianas específicas de las células del linfoma (CD20, CD30).
La radioterapia, por su parte, utiliza la radiación para erradicar o reducir la carga tumoral en localizaciones específicas, aliviar los síntomas o reforzar el tratamiento quimioterápico, reduciendo el riesgo de reaparición de la enfermedad.
En casos especiales, son necesarias altas dosis de quimioterapia y trasplantes de células de la médula ósea o sanguíneas para curar al paciente. La terapia celular con linfocitos T del propio paciente modificados genéticamente (células CAR-T) también puede utilizarse en caso de recaídas.
En el caso de los linfomas indolentes, las opciones de tratamiento van desde la simple observación clínica hasta tratamientos muy intensivos.
Prevención
La mejor forma de prevenir el linfoma no Hodgkin es evitar o eliminar los factores físicos que aumentan el riesgo de desarrollarlo (exposición a sustancias químicas, como pesticidas, aminas aromáticas, bencidina, bifenilo policlorado y tetracloruro de carbono o altas dosis de radiación).
Asimismo, mantener bajo control y tratar las enfermedades y afecciones que hacen a las personas más propensas a desarrollarlo (deficiencia de inmunidad, ya sea por enfermedad genética hereditaria, uso de fármacos inmunosupresores o infección por VIH, virus de Epstein-Barr y HTLV1 y bacteria Helicobacter pylori).
Existen pruebas de que las dietas ricas en verduras y frutas pueden tener un efecto protector contra el linfoma no Hodgkin.