Tipos de cáncer

Glioblastoma

El glioblastoma es el tipo de tumor que llega al sistema nervioso central y se desarrolla en la médula espinal o el cerebro con crecimiento invasivo. El dolor de cabeza, la pérdida de apetito y equilibrio, las convulsiones y la dificultad para aprender son síntomas.
4 min de leitura
por: Oncoclínicas
Glioblastoma
El glioblastoma es el tipo de tumor que llega al sistema nervioso central y se desarrolla en la médula espinal o el cerebro con crecimiento invasivo.

¿Qué es el cáncer Glioblastoma?

El cáncer glioblastoma es un tipo de tumor que afecta al Sistema Nervioso Central y se desarrolla en la médula espinal o el cerebro con un crecimiento invasivo. Dolor de cabeza, pérdida de apetito y equilibrio, convulsiones y dificultad.

El glioblastoma multiforme es un tumor maligno primario del sistema nervioso central responsable de la mayoría de las muertes entre los pacientes con tumores cerebrales primarios. 

Puede aparecer en el cerebro o en la médula espinal, es muy invasivo y su característica más llamativa es su potencial para infiltrarse en el parénquima cerebral circundante, quedando normalmente confinado al Sistema Nervioso Central (SNC). 

Se forma a partir de células denominadas astrocitos, que sostienen y nutren las células nerviosas (neuronas) del cerebro. Aunque este tumor crece rápidamente en el cerebro, rara vez se extiende a otras partes del cuerpo. 

En una clasificación de la OMS (Organización Mundial de la Salud) del I al IV, siendo el IV el más agresivo, el glioblastoma se clasifica como grado IV. Actualmente, esta clasificación se ha actualizado para incorporar hallazgos moleculares presentes en el tumor con hallazgos histológicos característicos.

Los factores de riesgo para la aparición del glioblastoma son poco conocidos. Al igual que otros tipos de cáncer, comienza cuando las células crecen de forma incontrolada y forman tumores. Menos del 1% de los glioblastomas pueden estar asociados a un síndrome oncológico hereditario, como la neurofibromatosis tipos 1 y 2, el síndrome de Turcot y el síndrome de Li Fraumeni.

Por lo general, el glioblastoma puede surgir de la transformación de un astrocitoma grado II o III. La radiación ionizante es el único factor de riesgo externo conocido para el desarrollo de un glioblastoma.

Síntomas del glioblastoma 

Algunos de los síntomas del glioblastoma están relacionados con la localización del tumor. Por ejemplo, si crece en una zona que controla los movimientos del brazo, la extremidad puede perder fuerza. Si crece en una zona que controla el habla, la capacidad para comunicarse verbalmente puede verse afectada.

A medida que el tumor gbm sigue creciendo, empieza a ocupar espacio. Esto aumenta la presión dentro del cerebro, lo que provoca síntomas, como: 

  • Dolores de cabeza;
  • Dificultad para aprender;
  • Pérdida de apetito;
  • Pérdida del equilibrio o dificultad para caminar;
  • Cambios de humor;
  • Náuseas y/o vómitos;
  • Cambios en el comportamiento;
  • Problemas para hablar;
  • Problemas de memoria;
  • Convulsiones;
  • Dificultad de concentración; 
  • Cambios en la visión.

Diagnóstico del glioblastoma

En la consulta clínica, tras realizar una anamnesis y una exploración física, el médico solicitará pruebas complementarias que pueden incluir:

  • Tomografía computarizada (TC) — suele ser la primera que se realiza cuando el paciente acude a urgencias con síntomas. Con la TC es posible encontrar zonas sugestivas de la presencia de un tumor, evaluar zonas de sangrado reciente y calcificaciones;
  • Resonancia magnética (RM) — ideal para evaluar los hallazgos típicos del glioblastoma a través de imágenes, ya que puede ayudar a definir la localización del tumor, las zonas de edema relacionado con el tumor y las zonas de isquemia.

Los hallazgos típicos de la RM suelen diferenciar el glioblastoma de otras patologías, como abscesos, linfomas primarios del Sistema Nervioso Central y metástasis de tumores cerebrales no primarios. 

También ayudan a evaluar el grado de resección tras el tratamiento quirúrgico y la respuesta a la radioterapia y la quimioterapia, así como a monitorizar la enfermedad.

  • Biopsia/Cirugía — El diagnóstico del glioblastoma se realiza mediante la extirpación de fragmentos del tumor para análisis histológico y molecular. 

Esta evaluación puede realizarse mediante biopsia, cuando sólo se extraen pequeñas muestras del tumor para análisis, o mediante resección quirúrgica del tumor, cuando se extirpa una gran parte del tumor o se reseca casi por completo.

Una vez extirpado el tumor y/o sus fragmentos, un neuropatólogo médico evalúa este material y se concentra en los hallazgos histológicos, la inmunohistoquímica y, en ocasiones, las pruebas moleculares presentes en el tumor para cerrar el diagnóstico de glioblastoma.

Tratamiento del cáncer glioblastoma

El tratamiento del glioblastoma implica la participación de un equipo médico multidisciplinar con neurocirujanos, oncólogos, radiooncólogos y neurólogos, así como profesionales esenciales para los procedimientos paralelos, como fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, nutricionistas y psicólogos.

La elección del protocolo dependerá de la edad del paciente, de su estado general de salud y del tamaño y localización del tumor en el momento del diagnóstico.

En general, el tratamiento estándar del glioblastoma suele en cirugía seguida de quimioterapia y radioterapia, siempre asociadas a cuidados clínicos de apoyo.

La cirugía se utiliza para extirpar la mayor parte posible del tumor, preservando las funciones del paciente. La resección de una parte o de la totalidad de la parte visible del tumor puede ayudar a aliviar la presión sobre el cerebro, reduciendo los síntomas y mejorando la calidad de vida, además de proporcionar datos para el diagnóstico histológico y molecular de la enfermedad.

Incluso con las mejores técnicas quirúrgicas, pueden quedar algunas células tumorales. Por este motivo, tras el procedimiento quirúrgico, se recomienda complementar el tratamiento del cáncer de gbm con quimioterapia, radioterapia, medicamentos para reducir el edema cerebral y las convulsiones y cuidados clínicos de soporte paliativo.

Una vez finalizado el tratamiento indicado, el paciente seguirá siendo sometido a seguimiento por el equipo médico multidisciplinar con pruebas de imagen y consultas periódicas.

Prevención

Dado que no está causado por factores controlables, el glioblastoma no es una enfermedad prevenible.

 

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