Tipos de cáncer

El linfoma de Hodgkin

El linfoma de Hodgkin se origina en las células del sistema linfático (ganglios o nódulos linfáticos) y en los tejidos de las células inmunitarias. No existe una forma eficaz de prevenir el linfoma de Hodgkin. Más información.
3 min de leitura
por: Oncoclínicas
El linfoma de Hodgkin
El linfoma de Hodgkin se origina en las células del sistema linfático y en los tejidos de las células inmunitarias. Los hombres son más propensos a este cáncer.

Los síntomas del linfoma de Hodgkin dependen de su localización. Si se desarrolla en los ganglios linfáticos superficiales del cuello, las axilas y la ingle, se forman bultos (hinchazones) locales indoloros. Si se manifiesta en la zona del tórax, puede haber tos, dificultad para respirar y dolor torácico. En la pelvis o el abdomen, los síntomas suelen ser malestar y distensión abdominal.

Otros signos de alerta que pueden añadirse a los síntomas localizados son los síntomas sistémicos: fiebre, agotamiento, sudores nocturnos, pérdida de peso sin motivo aparente y picores en el cuerpo.

Diagnóstico del linfoma de Hodgkin

Una vez observados los síntomas del linfoma de Hodgkin, se procede a confirmar su diagnóstico y tipo/subtipo. Se toma una biopsia de la zona afectada, en la que se extrae una pequeña parte o la totalidad del ganglio linfático y se examina patológicamente.

Lo ideal es realizar una biopsia escisional, que consiste en la extirpación de todo el ganglio linfático o tejido afectado y, de este modo, se conserva la arquitectura del ganglio linfático, lo que facilita su clasificación. En determinadas situaciones, sin embargo, la biopsia incisional (extirpación de una pequeña parte del tejido afectado) puede ser la mejor alternativa.

Las pruebas de imagen también son necesarias para determinar la extensión de la enfermedad, es decir, el estadio en el que se encuentra el linfoma. Actualmente, la TEP es la prueba indicada para esta función; sin embargo, como no está disponible en la mayoría de los centros de salud de Brasil, se puede utilizar la tomografía computarizada con contraste para el mismo fin. La radiografía de tórax puede detectar la presencia de comprometimiento mediastinal.

Sólo debe realizarse una biopsia de médula ósea en los casos en que no haya sido posible realizar una TEP y se haya detectado un estadio IB-IIB, III o IV mediante tomografía. La biopsia de médula ósea no es necesaria en los estadios IA y IIA.

La estadificación del linfoma de Hodgkin se clasifica del uno al cuatro en números romanos (I, II, III y IV), acompañados de A o B — siendo A la ausencia de síntomas sistémicos (fiebre, agotamiento, sudores nocturnos, pérdida de peso sin motivo aparente y picores en el cuerpo) y B la presencia de síntomas sistémicos.

En términos de numeración, la clasificación es:

  • I — sólo hay una cadena de ganglios linfáticos afectada, lo que significa que sólo hay una región del cuerpo afectada (puede ser la cervical o la axilar);
  • II — dos regiones del cuerpo están afectadas por los ganglios linfáticos, ambas en el mismo lado del diafragma (sólo por encima o sólo por debajo — axilas y cuello, por ejemplo);
  • III — tanto la región por encima como por debajo del diafragma están afectadas (la enfermedad es generalizada — cuello e ingle, por ejemplo);
  • IV — el linfoma ya se ha infiltrado en el tejido linfático y en algún otro órgano, como el estómago, el hígado, el riñón o el sistema nervioso central.

Tratamiento del linfoma de Hodgkin

El tratamiento clásico del linfoma de Hodgkin es la poliquimioterapia (quimioterapia con múltiples fármacos), con o sin radioterapia asociada. La cantidad de ciclos dependerá de la evaluación del estadio inicial del tumor y del resultado de la TEP intermedia, y el régimen o protocolo habitual se denomina ABVD. El acrónimo identifica las iniciales de los medicamentos utilizados: Adriamicina, Bleomicina, Vinblastina y Dacarbazina, a veces asociados a Brentuximab Vedotin. La bleomicina no se utiliza en pacientes en estadios avanzados y de alto riesgo.

Si la enfermedad reaparece o no hay respuesta al tratamiento, las alternativas son la poliquimioterapia y el trasplante de médula ósea.

En la actualidad, aproximadamente entre el 70% y el 80% de los pacientes se curan.

Prevención del linfoma de Hodgkin

No existe ninguna forma eficaz de prevención del linfoma de Hodgkin.

 

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