¿Qué es el cáncer del canal anal?
El cáncer del canal anal es un tipo de cáncer poco frecuente que aparece en el canal anal y en los bordes externos del ano. El canal anal es un pequeño conducto situado al final del recto, a través del cual salen las heces del cuerpo.
El cáncer anal se forma cuando una mutación genética convierte las células normales y sanas en anormales. Las células sanas crecen, se multiplican y mueren. Por otro lado, las células anormales crecen, se multiplican sin control y forman el cáncer.
La acumulación de estas células anormales forma una masa llamada tumor. Las células cancerosas invaden los tejidos vecinos y pueden desprenderse del tumor inicial y extenderse por todo el cuerpo en un proceso conocido como metástasis.
El cáncer del canal anal está estrechamente relacionado con una infección de transmisión sexual denominada virus del papiloma humano o VPH: en la mayoría de los cánceres anales se detectan indicios de VPH. En este contexto, el VPH se considera la causa más común de cáncer anal.
Los tumores malignos surgen en diferentes tipos de tejidos, y el carcinoma de células escamosas representa el 85% de los casos de tumores del canal anal.
El cáncer anal es poco frecuente y representa entre el 1% y el 2% de todos los tumores colorrectales. Debido a su baja incidencia, el INCA (Instituto Nacional del Cáncer) no brinda estadísticas sobre nuevos casos. Según el Atlas de Mortalidad por Cáncer de 2018, hubo 603 muertes (210 hombres y 393 mujeres) como consecuencia de esta neoplasia.
Síntomas del cáncer del canal anal
El cáncer anal puede causar signos y síntomas, como sangrado rectal y dolor anal.
Los cambios en los hábitos intestinales y la presencia de sangre en las heces son señales de alerta para acudir al médico.
El síntoma más frecuente es sangrado anal intenso durante la defecación, asociado a dolor en el ano. Otros signos de alerta son picor, ardor, secreciones inusuales, llagas en la zona anal e incontinencia fecal (incapacidad para controlar la evacuación de las heces).
Diagnóstico del cáncer del canal anal
El primer paso para diagnosticar un cáncer del canal anal es realizar un examen de tacto rectal y, si es necesario, una anoscopia y/o proctoscopia. En estos exámenes, el médico introduce un pequeño espéculo en el interior del ano para buscar anomalías o el proctoscopio, que es un tubo metálico corto, recto, rígido y hueco que suele tener una pequeña lámpara montada en el extremo.
Si lo considera necesario, el especialista puede solicitar una biopsia de una muestra de tejido para confirmar el diagnóstico.
Pueden solicitarse otras pruebas, como la resonancia magnética, para evaluar la extensión del tumor y ayudar a elegir el mejor tratamiento.
Tratamiento del cáncer del canal anal
En el pasado, la cirugía era el único tratamiento disponible para curar el canal anal, pero conducía a una colostomía permanente en la mayoría de los casos.
Hoy en día, la mayoría de las personas se tratan con una combinación de quimioterapia y radioterapia, conocida como quimiorradioterapia. Aunque la combinación de estos enfoques evita la colostomía en la mayoría de los casos y aumenta las posibilidades de curación, también puede aumentar los efectos adversos. Por eso es importante discutir todas las posibilidades con su médico y aclarar cualquier duda.
El abordaje combinado suele eliminar la necesidad de cirugía, pero según el estadio del cáncer anal, puede estar indicada.
Prevención del cáncer del canal anal
Se cree que algunas infecciones, como las causadas por el VPH y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), son responsables del aumento de la incidencia de tumores anales.
Otras enfermedades de transmisión sexual, como la condilomatosis, la gonorrea, el herpes genital y la clamidia, así como la práctica de sexo anal, el tabaquismo y la fístula anal crónica (conexión anormal entre la superficie del canal anal y el tejido que rodea el ano, con secreción purulenta), están relacionadas con el desarrollo de este tipo de cáncer. Por lo tanto, algunas formas de prevención incluyen:
- Utilizar condón en todas las relaciones sexuales;
- Si es posible, vacunarse contra el VPH;
- Dejar de fumar;
- Evitar el sexo anal;
- Prestar atención a las condiciones de higiene y a los signos de irritación crónica del ano.