La vulva es la región externa del aparato genital femenino, que comprende los labios mayores y menores, el clítoris, el introito vaginal y las glándulas de Bartolino, estas últimas encargadas de ayudar a lubricar la vagina durante las relaciones sexuales.
El cáncer de vulva es una neoplasia maligna poco frecuente que representa menos del 1% de todos los tumores malignos en mujeres y es responsable del 5% de los cánceres de los órganos reproductores femeninos, según datos recopilados en los EE.UU. Infelizmente, en Brasil, el INCA (Instituto Nacional del Cáncer) no dispone de estimaciones sobre el cáncer de vulva.
Históricamente, afecta a pacientes de edad avanzada, con una edad media de diagnóstico en torno a los 70 años, y la incidencia aumenta con el paso de los años. Sin embargo, cabe destacar que la enfermedad ha aumentado entre las mujeres jóvenes, debido principalmente a la asociación con la infección por el VPH en mujeres jóvenes, y en estos casos la asociación con el VPH es frecuente.
Factores de riesgo del cáncer de vulva:
Los factores de riesgo del cáncer de vulva son:
- Edad
- Liquen escleroso — se trata de una enfermedad dermatológica inflamatoria cuyo origen no se conoce por completo. El liquen escleroso vulvar suele asociarse a un picor intenso y a la formación de una pápula de color ligeramente rosado o blanco marfil, que puede confluir formando placas. Otros síntomas relacionados pueden ser dolor o ardor. El potencial de malignización se sitúa en torno al 4%;
- Infección por el VPH (virus del papiloma humano);
- Antecedentes personales de cáncer de vagina;
- Antecedentes personales de cáncer de cuello uterino;
- Tabaquismo.
- Inmunosupresión
Subtipos de cáncer de vulva:
El cáncer de vulva suele ser un cáncer de piel, y destacan los siguientes subtipos:
- Carcinoma de células escamosas: Representa la mayoría de los casos de cáncer de vulva, entre el 80 y el 90%. La enfermedad comienza en las células escamosas (el principal tipo de célula de la piel) y tiene tres subtipos:
— Queratinizante: Es el tipo más frecuente, afecta a mujeres de edad avanzada y se asocia a enfermedades inflamatorias crónicas o procesos autoinmunes;
— Basaloide/verruga: Subtipo menos frecuente, suele afectar a mujeres más jóvenes y está relacionado con el VPH, teniendo mejor pronóstico;
— Carcinoma verrucoso: Se trata de un tipo poco frecuente y de crecimiento lento;
- Melanoma: Representa entre el 5 y el 10% de los casos de cáncer de vulva y se desarrolla a partir de las células que producen el pigmento que da color a la piel.
- Otros subtipos más raros: Carcinoma basocelular, adenocarcinoma de la glándula de Bartolino, sarcomas y linfomas.
Síntomas y signos del cáncer de vulva:
El cáncer de vulva puede ser asintomático, pero la mayoría de las pacientes experimentan síntomas locales, como picor o incomodidad, enrojecimiento o cambio de color de la piel de la vulva, aparición de bultos o llagas. En los casos más avanzados, puede haber sangrado no asociado al periodo menstrual o secreción local.
En los casos de melanoma, el color del lunar o mancha puede ser negro azulado o marrón y puede ser prominente, además de tener una forma asimétrica, bordes irregulares, un diámetro superior a 6 mm y posibles cambios de tamaño, forma y color con el tiempo.
Diagnóstico del cáncer de vulva:
Se debe evaluar lo antes posible a las pacientes con signos y síntomas sugestivos de cáncer de vulva. Cualquier lesión sospechosa debe someterse a una biopsia, que es la principal forma de diagnóstico.
A continuación, el oncólogo clínico determina la estadificación del cáncer de vulva evaluando el tamaño de la lesión, su localización, la presencia de ganglios linfáticos (agrandamiento de los ganglios linfáticos) y la extensión a otros órganos locales, como el clítoris, el meato uretral, la vagina y el ano.
Los estadios van del I al IV, como sigue:
- Estadio I — cáncer limitado a la vulva o al perineo (zona entre el orificio vaginal y el ano);
- Estadio II — extensión a los tejidos adyacentes (parte inferior de la uretra y/o vagina o hasta el ano), sin afectar a los ganglios linfáticos;
- Estadio III — extensión a los ganglios linfáticos regionales, haya alcanzado o no los tejidos adyacentes;
- Estadio IV — extensión a otras partes, como la vejiga, la parte superior de la vagina o la uretra, el recto, ganglios linfáticos más distantes o fuera de la pelvis;
Además, se solicitan pruebas de imagen para una evaluación completa del estadio, como radiografía de tórax, tomografía computarizada y resonancia magnética.
Tratamiento del cáncer de vulva:
El tratamiento varía en función del tipo de tumor y de su estadio.
El tratamiento es predominantemente quirúrgico, pero la quimioterapia combinada con radioterapia puede ser una alternativa, sobre todo en neoplasias avanzadas.
En las fases tempranas, la cirugía tiene mejores resultados estéticos, funcionales y curativos. Se extirpa toda la vulva o parte de ella en un procedimiento denominado vulvectomía. También suelen extirparse los ganglios linfáticos adyacentes, o el médico realiza una disección del ganglio linfático centinela, es decir, la extirpación del primer ganglio linfático que se vería afectado por el cáncer.
Prevención del cáncer de vulva:
Es posible prevenir el cáncer de vulva prestando atención a las señales del cuerpo y reduciendo la exposición a sus factores de riesgo.
Se recomienda:
- Evaluación en consulta con un ginecólogo cuando note cambios en la zona de la vulva. Cabe señalar que no todo el picor está relacionado con la candidiasis;
- No fumar;
- Vacunación contra el VPH.