¿Qué es el cáncer de riñón (carcinoma renal)?
El cáncer de riñón es el tercer cáncer más frecuente del aparato genitourinario y representa aproximadamente el 3% de las neoplasias en adultos. Entre estos casos, el tipo más frecuente es el cáncer renal de células claras, que representa el 85% de los tumores diagnosticados. En los niños, el cáncer de riñón más frecuente es el tumor de Wilm (7% de los casos).
El carcinoma renal es el tipo que más afecta a las personas de entre 50 y 70 años, y es dos veces más frecuente en hombres que en mujeres.
Alrededor del 54% de los tumores renales diagnosticados hoy en día se localizan únicamente en el riñón, el 20% son localmente avanzados (afectan a los ganglios regionales próximos al riñón) y el 25% ya se han extendido y han presentado metástasis, especialmente en los pulmones, el hígado y los huesos.
La incidencia del cáncer de riñón parece crecer. Una de las razones puede ser el uso cada vez más frecuente en la práctica médica de pruebas de imagen, como la tomografía computarizada.
Síntomas del cáncer de riñón
Se calcula que entre el 6 y el 10% de los pacientes con cáncer de riñón experimentan dolor en el costado (uno de los lados de la espalda), como un golpe en la zona, sin motivo aparente. La presencia de sangre en la orina (hematuria), que puede ser de color rosa, rojo vivo o color cola, y la palpación de una masa abdominal también son síntomas de cáncer de riñón.
Otros signos y síntomas son:
- Fatiga;
- Inapetencia;
- Pérdida de peso injustificada;
- Fiebre persistente no causada por una infección; y
- Anemia.
Si experimentas uno o varios de los síntomas anteriores, no significa necesariamente que padeces un carcinoma renal. También suelen aparecer en otras enfermedades benignas, como cálculos renales (“piedras” en los riñones) o infección urinaria.
Diagnóstico del cáncer de riñón
El carcinoma renal suele descubrirse accidentalmente, durante un examen rutinario o por cualquier otro motivo. La buena noticia es que en muchos de estos casos se encuentra todavía en una fase temprana, ubicado exclusivamente en el riñón, y tiene más posibilidades de curación.
El diagnóstico del carcinoma renal suele realizarse mediante ecografía y tomografía computarizada del abdomen, que también son muy útiles para la estadificación (donde se determina el tamaño del tumor y si hay metástasis.) y la planificación del tratamiento. Los estadios del cáncer de riñón se indican con números romanos del I al IV (I para el más sencillo, restringido al riñón, y IV para el más complejo, con metástasis).
Otros métodos son la radiografía de tórax para comprobar si hay afectación pulmonar. La resonancia magnética es poco utilizada en estos tumores, reservándose para situaciones muy específicas.
La biopsia renal, cuando se solicita, sirve para diferenciar las lesiones malignas de las benignas que no requieren tratamiento. Los análisis de sangre y orina también pueden formar parte del proceso de diagnóstico.
Tratamiento del cáncer de vejiga
La cirugía es el tratamiento inicial de elección para la mayoría de los carcinomas renales. El objetivo de la cirugía es extirpar el cáncer y preservar al mismo tiempo la función renal (mantener el órgano activo). Los tipos de procedimientos quirúrgicos son:
- Nefrectomía: extirpación total del riñón afectado por el cáncer; y
- Nefrectomía parcial: extirpación únicamente del tumor ubicado en el riñón. Se utiliza sobre todo en tumores pequeños que no han sufrido metástasis.
En determinados casos, el cáncer de riñón también puede eliminarse mediante abordajes no quirúrgicos. Conoce los principales:
- Crioablación: tratamiento que congela las células cancerosas. Se introduce una aguja especial, guiada por ultrasonidos, a través de la piel hasta llegar al tumor renal. A través de esta aguja, se inyecta un gas frío que congela las células tumorales; y
- Ablación por radiofrecuencia: en este procedimiento se introduce una sonda especial a través de la piel, también guiada por ultrasonidos. Se libera una corriente eléctrica en las células cancerosas, lo que provoca su sobrecalentamiento y, en consecuencia, su eliminación.
En el caso del cáncer de riñón avanzado o del cáncer que ha reaparecido (recurrido) incluso después del tratamiento, existen una serie de tratamientos destinados a controlar la enfermedad. Algunos ejemplos son la cirugía para extirpar la mayor parte posible del cáncer, las terapias dirigidas y la inmunoterapia. En general, el carcinoma renal no responde bien a los tratamientos de quimioterapia y radioterapia.
Prevención del cáncer de riñón
Los principales factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de riñón son:
- Edad avanzada;
- Tabaquismo;
- Obesidad;
- Hipertensión (“tensión arterial alta”);
- Tratamiento de la insuficiencia renal (las personas sometidas a hemodiálisis durante mucho tiempo tienen mayor riesgo de padecer cáncer de riñón); y
- Ser portador de algunos síndromes hereditarios, como la enfermedad de von Hippel-Lindau, el síndrome de Birt-Hogg-Dube, el complejo de esclerosis tuberosa, el carcinoma papilar renal hereditario y el cáncer renal familiar.
Algunos de estos factores de riesgo son modificables y prevenibles. Por ejemplo, es posible no fumar, adoptar hábitos de vida saludables y seguir una dieta equilibrada, así como tener un buen control de la tensión arterial. Así que ¡ponte en marcha! Practica una actividad física y vigila tu dieta y tu comportamiento.