Tipos de cáncer

Esófago

El cáncer de esófago no causa síntomas en sus primeras etapas. Dificultad para tragar, pérdida de peso y dolor en el pecho son algunos de los principales síntomas. El consumo de bebidas muy calientes, el alcohol y el tabaquismo son factores de riesgo.
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por: Oncoclínicas
Esófago
Dificultad para tragar, pérdida de peso y dolor en el pecho son algunos de los principales síntomas del cáncer de esófago.

¿Qué es el cáncer de esófago?

El cáncer de esófago aparece cuando las células del revestimiento del esófago (el conducto que conecta la garganta con el estómago) empiezan a crecer de forma incontrolada. Comienza en cualquier parte de la capa interna de la pared del órgano y crece hacia el exterior a través de las demás capas. En la actualidad, el tipo más frecuente de cáncer de esófago es el adenocarcinoma, con un número creciente de nuevos casos, seguido del carcinoma de células escamosas.

En Brasil, el cáncer de esófago es el sexto más común entre los hombres y el decimoquinto entre las mujeres (en ambos casos, excluyendo el cáncer de piel no melanoma). Es el octavo más frecuente del mundo, y su incidencia en los hombres es aproximadamente el doble que en las mujeres.

Tipos de cáncer de esófago

Existen dos tipos principales de cáncer de esófago, según el tipo de célula en la que se origine:

  • Carcinoma de células escamosas — la capa interna del esófago (mucosa) está recubierta de células escamosas. El cáncer que se origina en estas células se denomina carcinoma de células escamosas. Puede aparecer en cualquier parte del esófago, pero es más frecuente en la región del cuello (esófago cervical) y en los dos tercios superiores de la cavidad torácica (esófago torácico superior y medio); y
  • Adenocarcinoma — los cánceres que se originan en las células de las glándulas (células que producen moco) se denominan adenocarcinomas. Suelen encontrarse en el tercio inferior del esófago (esófago torácico inferior).

También pueden aparecer otros tipos de cáncer en el esófago, como linfomas, melanomas y sarcomas. Sin embargo, estos cánceres son muy raros.

Síntomas del cáncer de esófago

La mayoría de los cánceres de esófago no causan síntomas en las fases iniciales, y el diagnóstico en personas asintomáticas es raro y suele ser accidental.

Los síntomas frecuentes del cáncer de esófago son:

  • Dificultad para tragar — es el síntoma más frecuente del cáncer de esófago. La disfagia (sensación de que la comida está atascada en la garganta o el pecho) suele ser un síntoma causado por un cáncer que obstruye el paso de alimentos y líquidos. Cuando la deglución se hace difícil, las personas suelen cambiar su dieta y sus hábitos alimentarios sin darse cuenta, empezando a comer porciones pequeñas y masticando lentamente los alimentos;
  • Dolor torácico — algunas personas describen una sensación de presión o ardor en el pecho. Estos síntomas suelen estar causados por otros problemas, como la acidez estomacal, y rara vez se consideran un signo de que la persona pueda tener cáncer; y
  • Pérdida de peso — muchas personas con cáncer de esófago pierden peso sin causa aparente, dieta u otras enfermedades que lo justifiquen. Los problemas de deglución, la disminución del apetito y el aumento del metabolismo son las causas del cáncer. La pérdida de peso puede ser de hasta el 10% o más del peso corporal.

Otros posibles síntomas del cáncer de esófago pueden ser:

  • Ronquera;
  • Tos persistente;
  • Vómitos; y
  • Hemorragia digestiva.

Es importante señalar que tener uno o más de estos síntomas no significa que se tenga cáncer de esófago. Lo importante, sobre todo cuando hay una dificultad anormal para tragar, es acudir al médico para que lo evalúe.

Diagnóstico del cáncer de esófago

Ante un conjunto de síntomas, la primera prueba para confirmar una sospecha de cáncer de esófago es una endoscopia digestiva alta (EGD, por su sigla en inglés) con biopsia. Una vez confirmado el diagnóstico, se deben realizar pruebas de imagen para la estadificación, que orientarán la mejor estrategia para combatir la enfermedad. Las más frecuentes son:

  • Endoscopia — prueba realizada con el paciente sedado, en el que un endoscopio con cámara evalúa las paredes del esófago. Durante la endoscopia se extraen fragmentos de las lesiones identificadas;
  • Ecografía endoscópica — se coloca una sonda que emite ondas sonoras en el extremo de un endoscopio. Esta prueba se realiza al mismo tiempo que la endoscopia digestiva alta y es útil para determinar el tamaño de un cáncer de esófago y cuánto ha crecido en zonas cercanas. También ayuda a saber si el cáncer ha afectado a los ganglios linfáticos;
  • Broncoscopia — puede realizarse en el caso de cánceres localizados en la parte superior del esófago. El objetivo es ver si está cerca de la tráquea o los bronquios (conductos que llevan el aire de la tráquea a los pulmones);
  • Toracoscopia y laparoscopia — son pruebas que permiten al médico ver los ganglios linfáticos y otros órganos cercanos al esófago dentro del tórax (toracoscopia) o en el abdomen (laparoscopia) mediante una cámara. También pueden utilizarse para obtener muestras de biopsia. Estas pruebas se realizan mientras el paciente está anestesiado; y
  • Tomografía computarizada (TC) — la TC de tórax, abdomen y pelvis desempeña un papel crucial en la detección de ganglios linfáticos metastásicos, metástasis hematógenas y también en la evaluación del grado de afectación local del tumor.

También debe realizarse una biopsia, en la que el médico extrae un pequeño trozo de tejido con un instrumento que se pasa a través de la endoscopia. A través de ella se puede confirmar el diagnóstico de cáncer de esófago, y también es importante para investigar las alteraciones moleculares que pueden ayudar a elegir el mejor tratamiento.

Tratamiento del cáncer de esófago

El cáncer de esófago puede tratarse con cirugía, radioterapia y quimioterapia, solas o combinadas, según el estadio de la enfermedad y el estado clínico del paciente.

En algunos cánceres en fase temprana, puede recurrirse a la cirugía para tratar de extirpar el cáncer y parte del tejido normal circundante. Puede combinarse con otros tratamientos, como quimioterapia y/o radioterapia.

La esofagectomía es un procedimiento quirúrgico que se realiza para extirpar parte o la mayor parte del esófago, y tiene el potencial de curar la enfermedad. La longitud del esófago que debe extirparse depende del estadio del tumor y de su localización. Durante la intervención, también se extirpan los ganglios linfáticos cercanos. Posteriormente, se analizan en el laboratorio para ver si contienen células cancerosas.

La radioterapia, un procedimiento que utiliza rayos de alta energía (como los rayos X) o partículas para destruir las células cancerosas, suele combinarse con el tratamiento del cáncer de esófago. Puede utilizarse antes de la cirugía (y junto con la quimioterapia, si es posible), para intentar reducir el cáncer y facilitar su extirpación (tratamiento neoadyuvante). Si se realiza después de la cirugía y se combina con quimioterapia, su objetivo es eliminar cualquier célula cancerosa residual.

La quimioterapia consiste en la administración de medicamentos por vía intravenosa (inyectados en vena) u oral. La quimioterapia por sí sola rara vez cura el cáncer de esófago, por lo que suele administrarse junto con radioterapia. 

La quimioterapia puede utilizarse en distintos momentos del tratamiento del cáncer de esófago. Después de la cirugía, y en combinación con la radioterapia, su objetivo es eliminar las células cancerosas que no se visualizan. Antes de la cirugía, puede reducir el tamaño del tumor.

En cánceres avanzados, la quimioterapia puede ser un tratamiento sistémico que ayude a combatir el cáncer localizado en otros órganos.

Prevención del cáncer de esófago

El consumo de bebidas muy calientes, como el mate y el café, a más de 65 °C, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de esófago. El mecanismo que explica la carcinogenicidad de estas bebidas parece estar relacionado con el daño celular causado por el calor excesivo.

Las bebidas alcohólicas también están estrechamente relacionadas con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. El etanol se convierte en el organismo en acetaldehído, un carcinógeno para el ser humano.

Principales factores asociados al cáncer de esófago:

  • Consumo de bebidas muy calientes, por encima de 65 °C;
  • Consumo de alcohol;
  • Exceso de grasa corporal (reflujo y cambios metabólicos causados por el peso);
  • Tabaquismo;
  • Exposición a radiaciones ionizantes (rayos X y rayos gamma).

No existen pruebas científicas de que el cribado del cáncer de esófago aporte más beneficios que riesgos lo que no se recomienda en estos momentos.

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