Los hematíes o glóbulos rojos, también conocidos como eritrocitos, son células de la sangre, compuestas básicamente por hemoglobina y globulina, cuya función es transportar oxígeno a las células.
La cantidad de glóbulos rojos en la sangre puede comprobarse mediante un hemograma. El control de esta cantidad es importante durante el tratamiento del cáncer, ya que la quimioterapia, la radioterapia y los fármacos molecularmente dirigidos pueden provocar una disminución de los glóbulos rojos, con la consiguiente anemia. Además, la afectación de la médula ósea por neoplasias hematológicas también puede causar anemia.
Los glóbulos rojos se producen en la médula ósea y se descomponen en el hígado, el bazo y la propia médula ósea. Entre los productos de la descomposición de los glóbulos rojos se encuentra la bilirrubina.