Sí, la falta de higiene es uno de los principales factores asociados al cáncer de pene. Lavar el órgano con agua y jabón es una acción sencilla y la mejor manera de prevenir la enfermedad. Es importante limpiar cuidadosamente el prepucio, la piel que recubre la “cabeza” del pene.
La principal medida de prevención del cáncer de pene es el mantenimiento constante de una correcta higiene del órgano. Otra medida importante es el uso del preservativo en cualquier relación sexual, ya que reduce la posibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS), como la infección por el virus del VPH. La circuncisión también reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Sí. Se estima que el riesgo de cáncer de pene se reduce 3,2 veces en aquellos hombres que se sometieron a una postectomía al nacer en comparación con los que no se sometieron al procedimiento.
Sí, cuanto antes se diagnostique el cáncer de pene, mayores serán las posibilidades de curación. Además, cuando la enfermedad se diagnostica en fases tempranas, se trata de forma menos agresiva, lo que provoca menos secuelas y efectos secundarios.
Los signos de alerta más importantes son: alteración de la pigmentación del órgano; llagas o lesiones que no desaparecen tras el tratamiento médico, especialmente cuando van acompañadas de secreciones y mal olor; tumores en el pene y/o hinchazones en la zona de la ingle; inflamaciones de larga duración.
El médico es el profesional capacitado para evaluar, diagnosticar y tratar cualquier enfermedad. El especialista médico más adecuado en estos casos suele ser el urólogo.
Hay dos maneras de hacer esta distinción. Clínicamente, a través de las características y la historia evolutiva de la lesión. Patológicamente, a través del examen de biopsia. Sólo una biopsia es capaz de diagnosticar definitivamente el cáncer de pene.
El médico puede solicitar análisis de sangre y pruebas de imagen para evaluar la extensión local de la enfermedad o si hay otros órganos afectados. Las pruebas más indicadas son la tomografía computarizada y/o la resonancia magnética del abdomen y la pelvis y las radiografías de tórax. En algunas situaciones pueden ser útiles otras pruebas como la PET/CT (tomografía computarizada por emisión de protones) o la gammagrafía ósea.
No. Hasta la fecha, la cirugía sigue siendo un componente fundamental en el tratamiento curativo del cáncer de pene.
No siempre. La indicación del tratamiento de radioterapia debe ser individualizada.
No. El oncólogo debe evaluar varios factores relacionados con la enfermedad y el paciente para decidir la indicación del tratamiento de quimioterapia.