Aunque es raro, hay un tipo de tumor que puede afectar los huesos, músculos, cartílagos y nervios, y en muchos casos solo se descubre en etapas avanzadas. Un oncólogo comenta los síntomas y el tratamiento.
Julio es el Mes de Concientización sobre los Sarcomas, un período muy importante para alertar sobre las variaciones de este tipo de tumor que puede afectar cualquier parte del cuerpo y todas las edades. Los sarcomas son cánceres raros, con una incidencia de alrededor de 5 personas por cada 100,000. Si se suman los diferentes subtipos, que superan los 100, representan aproximadamente el 1% de todos los casos de cáncer.
Los sarcomas son un grupo heterogéneo de cánceres que se originan en tejidos blandos, incluyendo el tracto digestivo y los huesos. Debido a su rareza, a menudo se caracterizan de manera deficiente en términos de su epidemiología, biología, historia natural, factores pronósticos y predictivos, y sensibilidad al tratamiento estándar, lo que plantea desafíos para el diagnóstico y la toma de decisiones clínicas.
“Existen varios tipos de sarcoma, que se definen según las células de origen y su grado de agresividad. En general, es un cáncer que afecta a los huesos y a los tejidos blandos, como las células de grasa, los músculos, los cartílagos y los nervios. Se estima que alrededor del 60% de los tumores se desarrollan en los brazos y las piernas”, explica Bruna David, oncóloga del Grupo Oncoclínicas.
Debido a que son cánceres raros y no existen factores de riesgo ambientales, no hay estadísticas brasileñas sobre su incidencia y datos clínicos, lo que resulta en un conocimiento limitado por parte de los profesionales de la salud. “La mayoría de los sarcomas ocurren sin una causa predefinida, es decir, son esporádicos. Algunos factores de riesgo, como las síndromes genéticas hereditarias y los tratamientos previos de radioterapia, están asociados con el desarrollo de la enfermedad en algunos casos”, comenta la médica.
Principales tipos y signos de alerta
A pesar de la variedad de subtipos, Bruna David destaca que, entre los sarcomas de tejidos blandos, los más frecuentes son los llamados liposarcomas (que se originan en células de grasa), los leiomiosarcomas (de células musculares) y los sarcomas pleomórficos. También existen los sarcomas del tracto gastrointestinal, siendo los más comunes los llamados GIST (tumor del estroma gastrointestinal).
En el grupo de los sarcomas óseos, los osteosarcomas son especialmente llamativos, ya que son uno de los tipos de cáncer infantil y juvenil más comunes. “Algunos sarcomas son más frecuentes en determinadas edades. Este es el caso de los osteosarcomas, un tipo de cáncer que comienza en las células formadoras de hueso, más común en pacientes pediátricos pero que también puede afectar a los adultos en menor medida”, destaca la especialista.
Según la oncóloga de Oncoclínicas, dado que los sarcomas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, los síntomas varían según la ubicación de la lesión y las estructuras adyacentes afectadas. Por lo general, los signos de la enfermedad incluyen la presencia de una masa, edema o cambios en la sensibilidad del área del cuerpo afectada. “Rara vez la enfermedad presenta signos como fiebre, pérdida de peso o fatiga. Lo que puede sugerir un problema de salud es un tumor que crece progresivamente, con o sin molestias locales”, dice.
Los síntomas más evidentes pueden aparecer en etapas avanzadas de la enfermedad, cuando comienza a presionar estructuras importantes adyacentes, como órganos, vasos sanguíneos o nervios. “Los signos, que pueden confundirse con los de otras enfermedades comunes, merecen atención e investigación detallada. Por eso, es importante estar alerta ante la aparición de bultos o masas indoloras. Los pequeños bultos que alcanzan casi el tamaño de pelotas de ping-pong deben considerarse posibles sarcomas y requieren atención debido a la complejidad del diagnóstico. Los vómitos, el dolor abdominal que se intensifica con el tiempo, las heces oscuras y la presencia de sangre en las heces también pueden ser signos de alarma”, completa Bruna David.
Diagnóstico
Dado que es una enfermedad rara y heterogénea, no existe ninguna prueba de rutina capaz de detectarla de manera temprana. Para el diagnóstico del sarcoma, se realizan pruebas de imagen, como ecografías, radiografías y tomografías, así como una biopsia que extrae un fragmento para su evaluación anatomopatológica. “El procedimiento recomendado para el paciente dependerá de varios factores, como el tamaño, el subtipo y la ubicación del tumor”, refuerza la especialista.
Tratamiento
Después de analizar cada caso, el tratamiento de los sarcomas puede involucrar diferentes combinaciones de cirugía, radioterapia y quimioterapia, siendo la cirugía la opción más comúnmente realizada.
La quimioterapia y/o radioterapia pueden combinarse con la cirugía de las siguientes formas:
- Neoadyuvante: antes de la operación, para reducir el tamaño del tumor y facilitar el procedimiento, además de preservar al máximo los tejidos sanos. Adyuvante: después de la cirugía, para reducir la posibilidad de que la enfermedad vuelva a aparecer.
- Cuando no está indicada la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia pueden usarse solas, según el subtipo histológico y el perfil del paciente.
Avances científicos
Además de la quimioterapia, la radioterapia y la cirugía, se están desarrollando y estudiando nuevas opciones. Una de las alternativas son los medicamentos dirigidos a subtipos y alteraciones tumorales específicas.
“Este es un gran avance en el tratamiento del cáncer. Sin embargo, es fundamental que el diagnóstico sea preciso e individualizado para el uso correcto de estas terapias”, comenta la oncóloga.
¿Es posible prevenir?
La gran mayoría de los sarcomas no están relacionados con una causa específica, por lo que no es posible definir una forma de prevenir el tumor. Cuando hay una síndrome genética asociada, se establecen recomendaciones específicas. Sin embargo, Bruna David enfatiza la importancia de estar atentos a los signos. “Un tumor que crece continuamente en cualquier parte del cuerpo merece la evaluación de un especialista. Es importante recordar que, debido a que son raros y están compuestos por muchos subtipos dentro de la rareza, se recomienda que sean vistos y tratados por profesionales capacitados en este tipo de enfermedad. Ya se ha demostrado que esto también afecta el pronóstico. Y, por supuesto, cuanto más temprano sea el diagnóstico, mayores serán las posibilidades de éxito en el tratamiento”, concluye.